martes, 17 de abril de 2012

CIEN VECES MÁS


Quizás sientes que has perdido la posibilidad de que tus sueños se hagan realidad. Las circunstancias te pueden hacer pensar que ya no hay tiempo para cumplir los sueños y los deseos que Dios ha puesto en tu corazón.
Has pensado, has deseado, alcanzar grandes cosas, pero has dicho como Job: Mis ojos se oscurecieron por el dolor, y mis pensamientos todos son como sombra.
Unos ojos oscurecidos son ojos que no pueden ver el futuro, no pueden ver al mañana. Y pensamientos como sombra, son recuerdos del pasado.
Dice la palabra, en Marcos 10, que el joven rico se volvió atrás por no querer entregar lo que Cristo le pidió. Entonces Cristo dijo que sería difícil que un rico entrara en el reino de los cielos. Los discípulos le preguntaron qué sería de ellos. Y Jesús les repondió que no hay nadie que haya dejado casa, padre, madre e hijos por seguirle a él que no reciba cien veces más aquí y ahora, y en el más allá la vida eterna.
Todas las cosas que Jesús mencionó son planes de hombres, cosas que se planifican. Lo que Jesús estaba diciendo era que no hay nadie que haya dejado los planes que hizo para seguirlo a él que no reciba cien veces más aquí y ahora, y en el más allá la vida eterna.
Cristo hace una advertencia. Todo esto lo recibirían con persecución.
Tú tienes que saber manejar la envidia y los celos. Te van a decir que no lo vas a poder hacer, y tu respuesta tiene que ser: El propósito de Dios permanece.
El Dios al que le servimos ha determinado que él va a recompensar tu obediencia al llamado que él ha hecho a tu vida. Y una de las cosas que él va a mostrar es su provisión.
Hay mucha gente deprimida, y haciendo cosas que no tienen que hacer, por dos razones: no han encontrado su propósito, y no han creído que Dios provee.
La palabra dice que Jehová es tu pastor, y nada te faltará. Dice que tu Dios pues suplirá todo lo que te falte conforme a sus riquezas en gloria. Dice que Jehová te colma de beneficios todos los días. Decía el salmista: Nunca he visto justo desamparado ni su simiente que mendigue pan. Y dice también que no te olvides de ninguno de sus beneficios.
Dios va a proveer para tu vida.

Autor:  Pastor Otoniel Font

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