lunes, 7 de noviembre de 2011

Dios nos escucha en medio de nuestra sùplica

Muchas veces los problemas que enfrentamos en la vida son consecuencia de las malas decisiones que hemos tomado.  En otras, los problemas son resultado de factores externos a nosotras.


¿A quién acudes tù cuando estás en medio de situaciones difíciles?


David fue un ser humano como tù y yo; también tenìa problemas, quizá màs de los que hayamos podido tener.  Pero, lo importante es que David desarrolló una actitud que todas debemos aprender.


David declara que Jehovà es su ROCA y al mismo tiempo le expresa su deseo, " no te desatiendas de mì".  Es decir, David desea profundamente que Dios preste atención a su clamor.  El silencio de Dios, le parecía mortalmente opresivo, ¿ has experimentado tù los silencios de Dios?.                          SALMO 28:1-2


Tener un Dios que habla a cada momento es fabuloso, pero cuando ese silencio llega, una se siente como si la vida llegara a su fin.  ¿Que serìa de nosotras si Dios nos dejara solas?.  Al declarar David que Jehovà es su Roca  y que es su refugio, que es su fortaleza, simboliza su inefable o gran fuerza como fortaleza de refugio.


Aunque David no expresa el problema que está enfrentando, sì deja ver en quién está su confianza.  El verso 2 es el reflejo de la angustia del silencio de Dios, le suplica a Dios que escuche la voz de sus ruegos, esa súplica llena de fervor.  Tanta es la necesidad que David tiene de Dios que se lo manifiesta con la comparación de levantar sus manos hacia el templo santo de Jehovà.  Para el israelita, el templo era el lugar donde reposaba el arca; y el arca simbolizaba para él la misma presencia de Dios.  Asì que cuando David ora extendiendo sus manos hacia aquel lugar es como si quisiera alcanzar la misma presencia de Dios y traerlo hacìa sì.


¿Cuantas veces te has visto ante circunstancias difíciles? ¿ Cuantas veces has sentido como si Dios no atendiera a tus ruegos?


¿ Confías en la ROCA eterna o en tus propias fuerza?, Los versículos 1 y 2 muestran que a pesar que David sentía que Dios no se ocupaba de él, confió en la ROCA, en su refugio y fuerza.  No dejes que las circunstancias de la vida desvièn tu mirada de Aquel que sì puede ayudarte, de Aquel que si atiende a tu oración.  Solo confía en su fuerza,  asì como David lo hizo.

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